jueves, 3 de junio de 2010

SEDIMENTADORES

Alguien, en alguna parte, ha dejado escrito que la sedimentación es la


cenicienta de las operaciones básicas. Hay razones que hacen de esta aseveración algo


más que una frase tópica y algo pretenciosa.


La Cenicienta es el arquetipo de una funcionalidad discreta, eficiente, y


noble, postergada a trajines humildes, pero siempre disponible para la oportunidad de


demostrar sus posibilidades ante más dignos requerimientos. La sedimentación es una


operación basada en unos principios aparentemente sencillos y supuestamente bien


conocidos, ubicada en regiones del proceso donde suele llevar a cabo tareas


escasamente sofisticadas, casi siempre viéndoselas con gangas, subproductos y


residuos. Quizá más que otras operaciones de separación hidráulica, la sedimentación


ha tenido un tratamiento metodológico comparativamente muy modesto, lo que ha


contribuído a alimentar la convicción de que se trata de una operación muy empírica,


cuyo diseño descansa más en principios heurísticos y en generosos


sobredimensionados que en formulaciones rigurosas y fiables.


Además, trabajar en el ámbito de las separaciones gravitacionales -salvo que


se haga con materiales muy valiosos- no parece ser un terreno muy propicio para


conseguir una patente afortunada, o el reconocimiento cienciométrico de una


modelización de impacto. Así lo atestigua, por ejemplo, el reducido grupo de


investigadores que trabaja en este campo en el ámbito público y privado dentro de


nuestro propio país, de las que destacan las aportaciones teóricas de R.Font en la


Universidad de Alicante, y el exiguo volumen de aportaciones que sedimentan año tras


año en los estratos de la bibliografía científica más relevante. Por este motivo, la


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mayor parte de los textos disponibles en este área son obras relativamente anticuadas


y, con frecuencia, las aportaciones de muchos artículos se enmascaran con


procedimientos y nomenclatura sui generis. Todo ello ha contribuído a relegar


inconscientemente durante décadas a la sedimentación en un capítulo de la tecnología


que P. Le Goff, desde el ENSIC de Nancy, ha denominado con sorna Roustic Chemical


Enginnering Operations.


Sin embargo, el estudio de la sedimentación ha experimentado un sensible


incremento en los ultimos años como consecuencia de la sensibilización por los temas


medioambientales y de sucesivos impulsos laterales, uno debido al auge de las


tecnologías de depuración de efluentes residuales a principios de la década de los


setenta y otro, más reciente, en una momento de resurreccíón de tecnologías clásicas,


reexploradas gracias al recurso de nuevas técnicas instrumentales y a la


disponibilidad de versátiles medios de cálculo, simulación y control. La sedimentación


se presenta ahora como una operación susceptible de una rigurosa modelización


analógica con respecto a otras operaciones de transporte, lo que representa los


cimientos para un adecuado control de operación (29, 36). La sedimentación sigue


siendo, además, un procedimiento muy eficaz de separación, que requiere tecnología


asequible y exige escaso mantenimiento, aunque sí sea dependiente de suficiente


diponibilidad de espacio en planta cuando se trata de procesar los elevados caudales


que suelen circular en las regiones del proceso donde esta operación encuentra su más


frecuente utilidad. Sobre este aspecto particular de la sedimentación, la economía de


espacio, se pretende incidir a continuación.

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